autoayuda, Historias

HABLEMOS DE MIEDOS

Durante toda mi vida he vivido con diferentes miedos, pero el más fuerte de todos siempre ha sido el miedo de no ser “suficiente”.   Y no es que quiera justificar mi forma de ser, estoy muy consciente de tengo que trabajar esa área de mi vida de manera urgente.  Pero quiero ir atrás, a donde todo comenzó,

Tenía 14 años cuando me enamoré perdidamente de un chico más o menos de mi edad.  El chico se fijó en mí (cosa que para mí era increíble), así que quise ser una “buena novia” tratarlo bien, ser cariñosa, en fin, hasta poesía le compuse.  Sin embargo al cabo de un par de meses, se le apagó la chispa, el chico quería que lleváramos la relación a otro nivel (yo tenía 15 años recién cumplidos) pero yo no me sentía preparada para eso, lamentablemente a esa edad habían chicas que tenían “preparación” en esos ámbitos y mi querido noviecito me dejó por otra chica que según él, era mucho mejor que yo.

Después de llorar a mares y componerle una canción que pensándolo bien se la debería pasar a Bad Bunny para que la convierta en un trap de decepción, me quedé con ese pensamiento en la cabeza.  “Te dejaron por alguien mejor que tú”.  

Una vez llegue a la universidad a mis 18 años, entré en un mundo totalmente diferente para mí. Tenía libertades que no había podido tener antes pero sin embargo seguía siendo una chica inocente, picoreta y llena de ganas de vivir la vida (así como Mark Anthony).   Fue ahí que conocí a lo que yo considero fue mi primer amor, un compañero de universidad que me robó el corazón y la virginidad.  Esta muchachita llena de inseguridades se atrevió a entregarse a quien creía que le iba a corresponder igual, pero lamentablemente se encontró con que su gran amor tenía otra mujer la cual “era mejor que yo” porque Él se desapareció de mi vida de una manera abrupta dejándome con el corazón roto y el alma hecha cantos.

No fue hasta que cumplí 20 años que conocí al hombre con el que me casé.  Tenía 21 años y lo amaba con locura.  Fueron unos primeros años de matrimonio bien lindos, realmente no recuerdo claramente cuando fue que mi vida se convirtió en un infierno de maltrato e infidelidad.  Luego de 5 años de matrimonio y después de pasar las peores sensaciones de mi vida, el hombre del que me enamoré perdidamente me decía que se iba con otra mujer porque ella “era mejor que yo en todos los aspectos y que era capaz de darle el “culo” cada vez que se lo pedía”.  Fueron momentos muy duros para mí, llevaba esas palabras taladrándome en la cabeza desde que tenía 15 años, escuchándolas una y otra vez.

Decidí emprender mi viaje de vida sola, sin embargo a lo largo del mismo hubo hombres que dejaron experiencias buenas, pero lamentablemente fueron más las terribles que las buenas.  Ya en mi plena adultez me encuentro enamorada otra vez de alguien que volcó sus propias inseguridades y su frustración conmigo. Nunca me puso una mano encima, pero no hizo falta.  Sus palabras fueron más duras que cualquier puño y me hicieron más daño que cualquier golpe.  Es triste saber que una persona puede ser buena contigo, pueden pasar momentos maravillosos como los que pasé con él, pero sin embargo cuando te hacen sentir que no eres capaz de inspirar ni una pizca de pasión, cuando te hacen sentir miserable y poca cosa es muy difícil que los buenos momentos borren eso de tu corazón.  La palabra áspera y el maltrato son cosas que marcan el corazón de cualquier mujer lamentablemente para mal.  Al final me vi atrapaba en un mundo donde lo único que escuchaba era mi propia voz gritando que NO ERA SUFICIENTE.

¿Cómo esto me ha afectado? Al sol de hoy siento que soy capaz de espantar a cualquier hombre que intente acercarse ya sea a través de un muro de contención o tratando de aferrarme a sus brazos como si yo no tuviera los míos propios.   Reconozco que puedo fastidiar cualquier intento de conocerme porque inmediatamente siento que hay un interés de alguien que me gusta, me entra un miedo irracional de “no ser suficiente”, entonces trato de convertirme en esa mujer “espectacular” que yo pienso que todo hombre busca.   Cuando me proyecto como realmente soy y expongo mis miedos es lógico que salgan corriendo. 

Otra de las cosas que me pasa es que cuando salgo con alguien que me gusta, a esa persona le “encanta” estar conmigo pero de momento me frena de una manera abrupta, algo así como cuando te dan un sartenazo en la cara. Porque resulta que soy una mujer buena, de buenos sentimientos y no están preparados para una relación con alguien como yo.  (¿No se supone que lo que los hombres buscan es una buena mujer?) Abro paréntesis (Me voy a inscribir en alguna clase para ser dominatrix) cierro paréntesis.

¿Porque escribo sobre esto? Porque otro de mis miedos es que la gente se dé cuenta de mi terrible defecto, no me gusta que me repitan constantemente lo que ya se.  “Yazmin tienes que ser una cabrona, no puedes ser tan amorosa, no puedes darte tanto”  Sin embargo en un escrito anterior les dije que hubo un amigo que me dijo que lo que me hacía especial y diferente era esa forma en la que yo me daba a los demás.   Mi pregunta es, habrá alguien por ahí que logre entender que lo que quizás busca este corazón es simplemente alguien que NO LO SUELTE.

La inseguridad es un defecto sumamente peligroso, eso lo sé yo y admito que lo estoy trabajando  aunque a veces se me hace tan difícil sacar la programación de mi cabeza, ojalá todo pudiera ser tan sencillo como reprogramar un chip.  

No es imposible recuperar la confianza en uno mismo, pero que difícil es cuando sientes que andas por ahí peor que un espanta pájaros.  Es como si tu vida amorosa fuera una película llamada “How to lose a guy in 2 DATES”

Así que tú que me lees, se vale tener miedo, se vale sentirse insegura, pero lo que no se vale es NO tratar de mejorar esa fase de tu vida.  Mírate al espejo cada día, háblate bonito, entiende que no tienes necesidad que nadie te valide como mujer. Si en algún momento te sientes cayendo y no encuentras quien te sostenga, no tengas miedo, esa sensación se termina cuando te das cuenta que te puedes sostener por tus propios pies.  Una vez entiendas eso encontraras quien desee abrazarte y nunca soltarte.  

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No soy Genérica

Tengo mucho miedo que mi hora de abandonar este mundo se acerque cada vez más, (lo cual es algo inevitable) pero siento que no he logrado conquistar ni una cuarta parte de ese universo que tengo frente a mí.  Durante toda mi vida he estado bajo la sombra de un destino genérico.

A veces siento que la vida se me acaba, que el tiempo pasa y me quedo detenida. Siento que me hundo en mis propios temores y fracasos. Es como si tuviera frente a mí un universo de posibilidades, pero me quedo sentada simplemente observando  como ese universo se vuelve cada vez más pequeño según va pasando la vida por mi cuerpo.

“Genérico”, esa palabra para mí tomó un significado mucho mayor desde que una persona me dijo que yo no era una persona genérica y que esa era la razón por la que yo no lograba encontrar “la felicidad” que buscaba. Me mencionó que yo era bien específica en cuanto a mis gustos, mis ideas, y lo que realmente quiero, de igual manera yo no encajo en el perfil “genérico” de la mayoría de la gente. 

Esa palabra me ha dado vueltas y vueltas, se abrió una compuerta de respuestas en mi cerebro, muchos años de dudas e incertidumbre se derrumbaron, por fin alguien me contestó realmente la pregunta que toda la vida he tenido “What is WRONG with me?” (¿Qué es lo que tengo mal?)

La contestación , específicamente con esa pregunta me sacudió por un momento.

“Las respuestas que las personas te darán serán según lo que desean de ti y terminarías tratando de cambiar para complacer a otros en lugar de a ti misma”

Siempre había pensado que uno de mis DEFECTOS más grandes era la forma en que yo me doy a la gente, la forma en que rápidamente abro mi corazón y les permito entrar.  Esa forma de “darme” me ha traído muchas decepciones y muchas pero muchas lágrimas.  Siempre me miraba en el espejo y me recriminaba por qué yo no podía ser más fría, más fuerte, más distante, más egoísta, porqué yo no protegía mis sentimientos de la misma manera que protejo los sentimientos de los demás.

En una sola conversación fueron capaces de cambiar toda la programación de mi vida: (esto es sólo un extracto de toda la conversación)

Cuando yo leí esto, me quede inmóvil por unos segundos, de mis ojos comenzaron a brotar las lágrimas mas grandes y mas honestas que me han podido salir. Estaba acostada cuando leí estos textos pero de un zopetón me senté en la cama, tuve que leer varias veces sin poder contener el llanto. ¿Como era posible que una persona que apenas me conoce hubiese logrado “leerme” de esa manera?. Me dí cuenta que yo siempre he sido un libro abierto, la diferencia es que en este caso esa persona me supo leer. Yo andaba por la vida pensando que era un libro inservible, incomprensible, malo y feo y la realidad era que estaba rodeada de analfabetas. (Con excepción de uno de mis mejores amigos que en algún momento tuvimos una relación romántica pero no funcionó de esa manera.)

 Un detalle que también aprendí es que el hecho de que una persona no te ame como tú desees que lo haga, no quiere decir que no te ame.  Yo siempre había sentido que no era capaz de inspirar “amor” en la persona de la cual yo me enamoraba, porque me ponía a comparar la manera en que muchas de mis amigas encontraban esa persona que se desvivía por ellas o llevaban relaciones con un romance de “novela”.  Sin embargo no todo lo que la gente “muestra” es lo que realmente viven, por ende yo me pasaba comparando mi vida o mi “mala suerte” en el amor con algo que en realidad no existía. ¿Quieren saber que descubrí? que hay momentos en mi vida en que la AMISTAD es mucho mas importante que querer tener cualquier relación romántica, la amistad es algo que cuando es sincera tiene un vínculo mucho mas fuerte y duradero.

Cuando una persona te menciona que ama  una cualidad en ti y esa cualidad es la que siempre creíste que era un defecto, te detienes a re-pensar que realmente debes o no debes cambiar en tu forma de ser.  Al final te das cuenta que uno debe aprender a conocerse realmente y una vez comprendas eso no vas a necesitar tener que “cambiar” para complacer  o para gustarle a nadie. De hecho, para mí leer semejantes palabras fue un gran alivio a mi corazón.  Aunque no crean que todo lo que me dijo fue “peaches and cream”.    De igual manera me hizo saber que podía ayudarme a trabajar las condiciones correctas en las que yo debo de darme para así evitar que me usen y se aprovechen de mi  nobleza. (Voz del Chapulín Colorado).

La vida me ha mostrado muchas veces que para encontrar el equilibrio, la paz y la felicidad tienes que dejar a un lado la búsqueda constante, la vida te pondrá de frente aquello que realmente necesitas no necesariamente lo que buscas.  El estar perdida en la búsqueda de ese “algo que siento que me falta” fue lo que hizo que la vida me colocara de frente a la persona que necesito para comenzar el camino a conocerme.   Yo juraba que me conocía, pero la verdad del caso es que me falta mucho para llegar a decir que me conozco.  

Así que ¿que aprendí de todo esto?

  • Nunca pero nunca volver a preguntarle a nadie “What’s wrong with me?” 
  • El problema NO soy yo… el problema NO soy yo… el problema NO soy yo.
  • Que el abrirme a querer no es un defecto, el defecto lo tiene la gente que se aprovecha de las personas como yo.
  • Que no soy una persona genérica.

Quien sea que me leas, NUNCA pero NUNCA  pienses que por no “encajar”, por ser diferente, por tener ideas y gustos específicos tienes que conformarte con una vida que no deseas o con una pareja que no te llena.   Levántate y camina hacia lo que realmente quieres NO hacia donde la gente te diga que tienes que caminar. 

Se libre y se felíz

Por: Yazmín Almodóvar Pagán (Ladyazy)

Historias, PARA SONREIR UN RATO

La relación entre el sexo y el big crunch de Kentucky Fried Chicken

Les voy a contar una historia.  Me imagino que se deben estar preguntando que rayos es ese título y que tiene que ver el sexo con un sándwich de pollo.  Bueno, pues para que entiendan comienzo a decirles:

“Erase una vez…” 

Era el año 19 que importa, cuando una jovencita picoreta, parlanchina pero muy ingenua, se inscribió en la universidad.  El primer día de clases estaba toda nerviosa y perdida, caminaba despacio por el campus evitando todos los revoluces donde veía a la gente bailando “la pelúa”.  

Cuando llegó al salón sintió un gran alivio al darse cuenta que la clase era de “prepas”.  Todos tenían cara de teléfono ocupado igual que ella, rápidamente hizo amigos porque ella a lo menos que le tenía miedo era a hablar.

Al pasar de los meses la amistad seguía creciendo en ese grupo de manera tal que hasta el sol de hoy se mantienen en contacto (con excepción de algunos).  Ella vivía en un apartamento sola ya que su padre le pagaba la renta (si, ella es la nena de papá).  Se imaginarán donde se armaban los “bembés”.

Dentro de ese grupo de amistades había un chico del cual ella se enamoró perdidamente, no porque fuera brutalmente guapo, sino porque la hacía reír mucho.  Era bien carismático y talentoso igual que ella, muchas veces el decidía visitarla a su apartamento y en vez de llamarla por teléfono le gritaba desde abajo (ella vivía en un tercer piso) y cuando ella se asomaba al balcón el comenzaba a bailar como “el general” (personaje de Raymond Arrieta) y gritaba “Mamiii aquí está tu cabo”. 

El tiempo pasó y la amistad creció pero también lo que ella sentía por él, así que una buena tarde en una de esas visitas él se puso romántico con ella y ella no dudo un segundo en entregarse completa a lo que sentía.  (¿Que romántico verdad?).

Una vez terminaron, el chico la miró un tanto sorprendido pues pensaba que ella tenía experiencia en las artes amatorias, pero noooo para nadaaaa.  Una de las primeras cosas que ella le dijo fue “¿Tener sexo da hambre?”

Después de carcajearse un rato, la abrazó tiernamente y le dice “claro que sí, con todo el ejercicio que se hace imagínate, ¿quieres ir a comer algo?”  Ella asintió y le dice “Si, quiero comerme un big crunch de Kentucky”.   Él puso la cara cuadrada, “nenaaa tienes hambre” y así se hizo como una especie de tradición el  ir a comer un big crunch de Kentucky cada vez que tenían sexo.  De mas está decir que ella se comía todo el bendito sándwich a pesar de que era gigante.

Se ve rico verdad?

Se preguntarán cual fue el desenlace de esta historia de amor y pollo frito, no fue uno muy bonito. Pero si algo la vida le enseñó a ella, fue a guardar los momentos hermosos y  aprender de las amargas experiencias.  Una vez aprendes de cada una de ellas te toca sacarlas de tu vida.  Por eso dejo esta historia aquí, con el recuerdo de un amor sincero, ingenuo, fugaz y hambriento.

PD: ¿Todavía tienen el big crunch en Kentucky? Tengo hambre 😉

Por: Yazmín Almodóvar Pagán (Ladyazy)

autoayuda, Historias, PARA SONREIR UN RATO

Aguacate Maduro para el Corazón

En algún momento de nuestras vidas hemos leído algún libro de autoayuda. Tengo que admitir que durante mi adolescencia tenia mil complejos, baja autoestima y otros “issues” que se me han quedado adheridos hasta mi adultez. Durante ese tiempo yo me leía cuanto libro de historias de autoayuda encontraba; Sopa de Pollo para el Alma, Chocolate Caliente para el Alma etc.  No me había percatado que todo era “comida para el alma”, luego entendí porqué engordé tanto, comer para mí es un antidepresivo.

Pero, ¿y a quien no se le quita la depresión con un rico bizcocho de chocolate o un pote de Nutella, una pizza extra queso con coca cola bien fría o un bolso gigante de popcorn frente al televisor viendo una buena película de terror?  (En mi caso soy fanática del género del terror).  Para mí todo eso es lo que llaman “comfort food”, bueno yo le digo “gordis food”.

Clásico
¿Cuantas veces has hecho esto? ¿Que rico verdad?

Muchas veces mi familia y algunas amistades me decían que tenía que bajar de peso y la verdad yo me miraba en el espejo y no me gustaba lo que veía pero cada vez que me deprimía lo que hacía era comer.  Mi reclamo con Dios era por qué yo no podía dejar de comer como la gente normal que caía en depresión y rebajaban tanto que parecían lagartijas escurridas.  Yo quería ser flaca porque entendía que toda la raíz de mis males era que yo era gorda, punto.

Estaba tan enfocada en ver todos mis defectos que no me daba cuenta de las virtudes que tenía.  Y es que para mí, los hombres sólo se fijaban en mujeres flacas o con cuerpos esbeltos aunque tuvieran la cara así:

Obviamente durante la adolescencia esas crisis son básicamente normales en las chicas como yo, que por cierto yo me creía gorda y cuando veo mis fotos de intermedia y high school pienso “¿Cómo rayos yo me creía gorda? ¿Cómo rayos yo me creía fea?  “Gorda estoy ahora” (o sea tampoco había aprendido nada al sol de hoy).  Vivía con una venda en mis ojos (a lo Birdbox) que no me permitía ver lo que otra personas veían en mí. Tuve que darme muchísimos “cantazos”, tener innumerables malas experiencias y sentir que todo se derrumbaba en mi vida para darme cuenta de la clase de “mujerón” que soy.

La vida se encargó de enseñarme que mis “desventuras” nada tenían que ver con mi peso o mi apariencia, tenían que ver directamente con el poco o nulo AMOR que yo me tenía.  No es hasta esta etapa de mi adultez que comprendo que muchos hombres no se enamoran de un “físico” aunque eso sea lo primero que miren.  Los hombres que realmente se enamoran, lo hacen de una mujer segura, de una mujer que se ama a sí misma, una mujer libre y que sea dueña y señora de sus emociones.  Cuando eres capaz de ponerte a ti misma como prioridad, sabrás como conducirte en la vida, sabrás como dar amor.  Esto aplica incluso a esas mujeres que son madres, porque para poder amar y cuidar a tus hijos tienes que  entender que debes ser una mujer emocionalmente saludable y para poder lograr tu salud emocional debes ponerte a ti misma como prioridad.

Una vez entendido esto, de todas maneras quise bajar de peso (me imagino la cara de ustedes), pero las razones  son completamente distintas a las que siempre había tenido.  ¿Y  a que no saben qué?  Esta vez sí estoy bajando de peso, porque no estoy desesperada por ser “flaca”, porque no tengo la necesidad gustarle a nadie, sólo quiero sentirme saludable y con más energía, modificando mi manera de comer y sin sentir la necesidad de comerme una pinta de helado de chocolate cada vez que me sienta triste (bueno tengo mis días hormonales, pero lo combato con unos sabrosos postres bajos en carbs y sin azúcar) KETO STYLE BABY.

En mi viaje de bajar de peso me acompañan varias JEVAS DE LA VIDA, mis amigas del TEAM AGUACATE.  Cada una de ellas es una BELLEZA DE MUJER, no importa las libras que tengan ni tampoco las que se quiten.  Ellas son inspiración para muchos y para ellas mismas. 

Mujer que me lees, jovencita que me lees, cada mujer es hermosa en su propia piel, NUNCA permitas que ningún CIEGO te diga cómo te ves y mucho menos cambie la visión que tienes de ti misma.

Nunca lo dudes

TEAM AGUACATE

Por: Yazmín Almodóvar Pagán (Ladyazy)

autoayuda

Vivir sin apegos

Y hay momentos en los que te pasan cosas, las cuales piensas que son de cierta manera, parecen ser de cierta manera, te crees que son de cierta manera y terminan siendo absolutamente nada de lo que pensabas que era.  Es algo asi como las aguas frescas del Chavo del Ocho, el agua parece ser de fresa, sabe a fresa, se ve como fresa pero es de tamarindo. Y entonces, ¿que hacemos? yo no quiero tamarindo, me gusta la fresa pero no es fresa, es tamarindo. ¿Porqué entonces insisto con el jodío tamarindo? Si al final y al cabo eso no es lo que quiero. Apegos absurdos. Poco a poco voy aprendiendo a despegarme, a entender que no necesito estar con nadie, que la compañía llega cuando tiene que llegar, de manera orgánica, libre, sin apegos.  

Poco a poco voy aprendiendo a entender que cada ser humano “ama” de manera diferente, que no todo el mundo está destinado a quedarse en tu vida. Aprenderé a saborearme los momentos donde las fresas estén de temporada, porque no siempre estarán ahí.  

Vivir sin apegos, paso a paso. 

Por: Yazmín Almodóvar Pagán (Ladyazy)

Historias, PARA SONREIR UN RATO

El amor en tiempos de Facebook

Cuando eres una soltera cuarentona con un gato, comienzas a preguntarte donde estará el amor de tu vida.  ¿Será que lo conoceré en algún asilo?, ¿Se habrá muerto antes de yo conocerlo?, ¿Se le habrá perdido el camino a mi vida? O simplemente a la vida se le olvidó asignarme uno. 

Definitivamente seré una “Crazy cat lady”

Este pensamiento ha corrido por mi mente, una y otra y otra y otra vez.  No sé en qué momento me insertaron el microchip en el cerebro donde dice que tengo que tener un amor de “la vida”.   Pero si nos ponemos a analizar cuantas parejas perfectas y amores perfectos vemos en Facebook diría que la realidad es alarmante.

Comienzas a comparar tu vida con las que ves de otras personas a través de su facebook o cualquier otra red social.  Empiezas a sentir que la vida no ha sido “justa” contigo.  ¿Cómo es posible que aquella “cara de mono” tenga marido? ¿Cómo es posible que ella haya encontrado el amor de su vida  y yo que soy tan “linda, cute y súper buena” me vaya terriblemente mal?

“Mira esta otra, Dios mío lleva un romance de novela, su marido le regala flores todos los fines de semana, la lleva de viaje a Grecia y constantemente le muestra su “amor” con “posts” bien románticos.  A mí que no me regalan ni un helecho y lo más que he recibido es un viaje en la lancha de Cataño que para colmo me toca pagarlo a mí. 

Sigo leyendo y leyendo miles de historias de “amores perfectos”  y yo en la eterna “espera”.  Saliendo de relación fallida en relación fallida y uno que otro desliz fallido también.  “Mi cupido debe ser bizco”, “la nube negra del amor no me suelta” o “quizás me echaron un fufú”.   Y así voy sintiendo día a día que el “amor apesta” y me convertiré en una “darks”.

Igualita que yo

Paréntesis para decirles que mi gato hace ESO MISMO.

Tan fuerte fue la “presión” de querer conseguir un “amor” que me inscribí en una aplicación que está llena de muchos “amores de la vida”,  no voy a decir el nombre porque después me buscan, (jajajaja) pero no es Badoo que conste.

Me tiré en la cama y empecé a crear mi profile, buscando las fotos de mis mejores ángulos, obviamente los selfies que me tiro desde arriba para verme menos gordita. Estuve como una hora escogiendo fotos y contestando las preguntas de la aplicación, es obvio que quiero dar una buena impresión.

Cuando por fin termino de crear mi profile, me pongo a ver mis “prospectos” y me di cuenta que a muchos hombres les importa un pito las fotos que suben, yo que pasé tanto trabajo escogiendo mis fotos, de momento veo todos estos perfiles con fotos de hombres en el inodoro, borrosas, dándose besitos con cabras, “mellaos”,  posando en calzoncillos en una cama (Sr. Prospecto, si usted no se ve como Jason Momoa, por favor no se tire fotos en puro calzoncillo feo y “estirao”).

Vale la pena mencionar que también vi muchos perfiles buenísimos con fotos espectaculares, entre ellos uno que me llamó mucho la atención, no porque el chico tuviera abdominales o se pareciera a Jason Momoa, (Si, tengo una obsesión por ese actor) sino porque me encantó su sonrisa y la manera en que sus fotos me hacían reír.

No voy a abundar en cómo nos conocimos (no sean curiosos), sólo les diré que somos amigos y entonces se preguntarán ¿Qué pasó? 

Por un momento sí pensé que la nube negra me había atacado otra vez, como es posible que de tantos que se interesaron en mí el que me gustó resulta que no tuvo “interés”.   Definitivamente tengo un “fufú”.    ¿Pero saben por qué me pasó eso? Por seguir buscando desesperada alguien con quien estar, querer sentir que alguien se enamoraba de mí.  Lo que la vida me tenía preparado aquí no se acercaba ni remotamente a lo que yo quería.  Pero ¿saben qué?  Me dio justamente lo que necesitaba. 

Me encontré conversando con una persona que me no me conoce en lo absoluto pero que de alguna manera me abrió los ojos para poder entender que el amor no es algo que tu buscas y que es algo que se puede dar de múltiple formas, no necesariamente de la forma que uno  quiere. 

Es aquí donde me doy  cuenta que mi vida no se puede comparar con ninguna otra, que los éxitos o fracasos son algo muy personal.  Se nos mete en la cabeza desde muy pequeñas que necesitamos otra persona para ser feliz, para ser completas y sentirnos realizadas.  Que tienes que andar por la vida buscando tu “media naranja” y en todo caso lo que muchas veces ha llegado a mi vida son limones.

Fue aquí que entendí que es imposible encontrar el “amor” cuando yo misma estaba perdida, cuando yo misma no me amaba, entonces fue que comencé el proceso de aprender a disfrutar la vida, (proceso en el cual estoy y continúo aprendiendo).  Fue cuando entendí que somos seres humanos completos y no necesitamos la mitad de nadie, entendí que no tengo que “buscar desesperadamente” el amor de mi vida porque el amor de mi vida SOY YO.

Cuanto menos busques, más encuentras.

Por: Yazmín Almodóvar Pagán (Ladyazy)

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Ciclos, personas y el amor

Cuando piensas que todo lo que haces es absurdo, das un paso hacia al frente y tres hacia atrás. Te miras al espejo y te reclamas, ¿que hice mal? ¿donde fallé? Pude haber hecho las cosas de diferente manera, o haber tomado una decisión diferente. Entonces te encuentras tejiendo historias de como pudo haber sido, de como quisieras que hubiese sido. Pierdes miserablemente el tiempo retrocediendo en tu mente, creando finales alternos de tu historia, cuando realmente son capítulos. Tu historia no termina cada vez que sientes un rechazo o cada vez que piensas que hiciste algo mal. Son simplemente capítulos, o ciclos como lo quieras llamar. Son situaciones y personas que llegan a tu vida con un propósito en particular, mientras no te aferres a nada ni a nadie estarás bien. Aprende a saborear esa libertad que te ofrece el disfrutar de las cosas cuando se te presentan y evita meterte en la cabeza una historia sobre lo que tiene que pasar o sobre lo que puede pasar después. Se vive el presente, se disfruta el ahora y lo que se va simplemente se fue.

Ciclos, personas y el amor….

Por: Yazmín Almodóvar Pagán (Ladyazy)