Y hay momentos en los que te pasan cosas, las cuales piensas que son de cierta manera, parecen ser de cierta manera, te crees que son de cierta manera y terminan siendo absolutamente nada de lo que pensabas que era. Es algo asi como las aguas frescas del Chavo del Ocho, el agua parece ser de fresa, sabe a fresa, se ve como fresa pero es de tamarindo. Y entonces, ¿que hacemos? yo no quiero tamarindo, me gusta la fresa pero no es fresa, es tamarindo. ¿Porqué entonces insisto con el jodío tamarindo? Si al final y al cabo eso no es lo que quiero. Apegos absurdos. Poco a poco voy aprendiendo a despegarme, a entender que no necesito estar con nadie, que la compañía llega cuando tiene que llegar, de manera orgánica, libre, sin apegos.
Poco a poco voy aprendiendo a entender que cada ser humano “ama” de manera diferente, que no todo el mundo está destinado a quedarse en tu vida. Aprenderé a saborearme los momentos donde las fresas estén de temporada, porque no siempre estarán ahí.
Vivir sin apegos, paso a paso.

Por: Yazmín Almodóvar Pagán (Ladyazy)